Ayudar a los Niños a Sobrellevar el Duelo

Por Ronald H. Sunderland, Ed.D.


Si no está preparado para hablar sobre la muerte con un hijo, no está solo. Muchos de nosotros dudamos en hablar sobre morir y la muerte, incluso con adultos. Pero la muerte y el duelo son ineludibles. Debemos lidiar con el duelo. También nuestros hijos. Si queremos ayudarlos, debemos hacerles saber que está bien hablar sobre la muerte, morir y el duelo que sigue.

La comprensión infantil de la muerte

  • Preescolar: La muerte es reversible y temporal, y el mundo entero es "concreto" ya que aún no han comenzado a pensar de manera abstracta.
  • De los 5 a los 9 años: La muerte es definitiva y todos los seres vivos mueren, pero es posible que aún no vean la muerte como algo personal. De alguna manera, no les pasará a ellos ni a las personas que aman. Pueden asociar la muerte con un poder malo o malvado que acecha a las personas.
  • De los 10 a los 19 años: La muerte es irreversible y todos los seres vivos mueren. Los adolescentes pueden sentirse intrigados con la muerte o incluso tomar riesgos innecesarios como una especie de "desafío".

Qué decir y hacer

Lo que le diga a un niño sobre la muerte dependerá de su edad y experiencia, pero siempre diga la verdad en un lenguaje apropiado para su edad. Tenga en cuenta que su propia situación, experiencias, creencias y sentimientos influyen en lo que dice. Debido a que dar el ejemplo de actitudes y comportamientos es una parte importante de cualquier relación adulto-niño, no tema dejar que los niños vean y sientan su propio dolor en los momentos apropiados. Ser abierto y honesto puede alentar a los niños a compartir sus sentimientos y temores más profundos.

Sobre todo, conviértase en un oyente. No asuma que su propia experiencia en el mundo es universal. Escuche. Explore lo que el niño piensa y crea en este momento. Pregunte lo que el niño cree que es importante sobre la situación. ¿Cuáles son sus miedos y ansiedades?

Cómo abordar las percepciones equivocadas

Las percepciones equivocadas sobre la muerte se pueden adquirir de otros niños o adultos descuidados. Algunas percepciones equivocadas comunes incluyen: igualar la muerte con "dormir", igualar la muerte con "irse" y relacionar la muerte a la edad avanzada, como si solo las personas mayores murieran. Tales explicaciones de la muerte pueden crear ansiedad para los niños pequeños: ¿Moriré cuando vaya a dormir? Además, pueden crear desconfianza cuando los niños sepan la verdad: Los niños también mueren. Sea honesto, conciso y básico cuando responda a percepciones equivocadas.

Los niños también pueden estar confundidos acerca de la enfermedad, la hospitalización y la muerte. Es posible que no puedan distinguir entre enfermedad leve y terminal. Explique que solo las enfermedades muy graves causan la muerte y, aunque todos nos enfermamos a veces y algunos de nosotros debemos ir al hospital, por lo general mejoramos nuevamente.

Lo que usted podría ver

Comportamiento lloroso u hosco

El luto es el reconocimiento de una pérdida profundamente sufrida y un proceso que debemos completar antes de que podamos seguir con nuestra vida. El luto es sanador. La expresión de duelo, a través de lágrimas o cualquier otra emoción, nunca debe equipararse con debilidad. Tanto los niños como las niñas deberían poder llorar y expresar sus sentimientos cuando lo necesiten.

Ira u hostilidad

La muerte de un miembro de la familia puede provocar enojo tanto en niños como en adultos. El niño puede sentirse enojado con la persona que murió por causar dolor y tristeza, o por dejar al niño solo para enfrentar la vida. Puede sentirse enojado con los médicos que no pudieron salvar al ser querido. O bien, el niño puede sentirse enojado consigo mismo por no poder evitar la muerte o por no hacer lo suficiente para ayudar cuando la persona estaba viva.

Los niños pueden expresar abiertamente sus pensamientos de enojo, especialmente cuando han perdido a alguien de quien dependían, particularmente un padre o madre. Es difícil escuchar la ira dirigida hacia la muerte y se vuelve aún más difícil cuando se expresa por lo que pueden parecer preocupaciones egoístas. Pero la ira es parte del duelo. Los niños pueden representar su enojo de muchas maneras, incluida la ira pública, volverse retraídos o estar deprimidos, o desarrollar síntomas físicos.

Durante los períodos de ira, usted debe ser una influencia de apoyo y estabilización. Acepte y valide las expresiones de ira sin juzgar, tomar represalias o discutir.

Baja académica

Un niño puede parecer apático, preocupado o poco atento después de la muerte de un ser querido, lo que puede afectar el trabajo escolar. Las tareas pueden ser ignoradas u olvidadas, que es una expresión clásica de dolor. También lo es el deseo de no ir a la escuela, o el ausentismo repentino y crónico.

Trabaje con el maestro o maestra del niño para promover una atmósfera de sensibilidad, comprensión y apoyo. Pregunte si las tareas pueden ser limitadas o reducidas por un tiempo, y solicite que los problemas del niño no sean discutidos en frente de los compañeros.

Culpa

Cuando los niños viven la muerte de un miembro de la familia, a menudo se sienten culpables. Los niños pequeños, en particular, pueden tener dificultades para entender las relaciones de causa y efecto. Pueden pensar que de alguna manera causaron la muerte, o pueden ver la muerte como un castigo: "Mamá murió y me abandonó porque yo era malo". Ayude a los niños a lidiar con la culpabilidad asegurándoles que siempre han sido amados y que aún lo son.

También puede ayudar explicar las circunstancias de la muerte en términos simples y directos.

Indiferencia

A veces, un niño puede afrontar la situación no mostrando lágrimas, tener una tristeza discernible o actuar con rebeldía. Puede actuar como si nada estuviera mal. Un breve período de indiferencia puede ser la forma en que un niño se prepara mentalmente para enfrentar una pérdida dolorosa.

Duelo continuo

Los niños pueden expresar su pena o tristeza durante un largo período de tiempo y también en momentos inesperados. Deles paciencia, comprensión y apoyo a medida que completan su trabajo de duelo.

Capacidad de sanar

Con gran amor y apoyo, los niños tienen la capacidad no solo de sanar sino de crecer a través del dolor. Su creencia en su capacidad de sanar les ayudará a integrar la muerte en sus vidas y seguir viviendo bien y amando bien nuevamente.

Sobre el Autor

Ronald H. Sunderland, Ed.D., es un educador y erudito internacionalmente reconocido en los campos de la teología y el ministerio pastoral. Se desempeñó como miembro adjunto de la Facultad de Teología de la Universidad Drew y como asesor doctoral para esa institución.